La industria química siempre ha estado bastante a la vanguardia en cuanto a la adopción de tecnología para mejorar sus procesos y operaciones. Pero durante los últimos años, parece que otros sectores se han metido de lleno en la innovación y han dejado ligeramente atrás al sector. Pero esto puede cambiar muy pronto, ya que la industria química está retomando su apetito por la innovación. Sobre todo, desde que se han dado cuenta de que las nuevas tecnologías pueden ayudarlas más de lo que parece.

Estas ayudas y mejoras que la industria química puede conseguir no sólo se limitan a una mejora en las cadenas de producción. También se pueden dar en áreas y sectores que, en un principio, puede que estén algo alejados de lo habitual. Así, la aplicación de tecnologías que en principio pueden no parecer muy útiles para el sector pueden desembocar en muchas mejoras. Entre ellas, en el desarrollo de nuevos productos, unas mayores ventas a otras industrias o en la interacción con los clientes.

Nuevas tecnologías para la mejora de la relación con los clientes

El uso de las nuevas tecnologías no sólo puede ofrecer canales de comunicación nuevos con los clientes. También puede mejorar la relación con ellos, así como su atención. Para ello nada mejor que las interfaces web y las aplicaciones web. Con estas últimas, cualquier industria química podrá mantener la comunicación con sus clientes y con los usuarios de los productos que fabriquen. Pero no solo eso. En no pocos casos, las empresas del sector química podrán establecer sistemas de venta online para los productos que fabriquen. No sólo para la venta minorista. También para la que hacen al por mayor. Así facilitan tanto la compra de sus productos como su pago.

El mero hecho de mantener una página web con información detallada de los productos que fabrica de cara a su venta ya es un avance. Con este sistema, las compañías del sector químico cuentan con un escaparate para darse a conocer y captar posibles clientes.

Tecnología para desarrollar nuevos productos y servicios

La introducción de nuevas tecnologías en una planta de fabricación de productos químicos suele llevar aparejada una mejora de procesos. Pero también un aumento en la variedad de productos que se pueden fabricar. Pero no sólo las nuevas tecnologías que se utilizan en una planta conducen a esto. La adopción de nuevas tecnologías en las empresas y cadenas de fabricación de los clientes de la industria química también conduce a más pedidos para ellas.

Por lo tanto también se benefician de manera indirecta de las mejoras tecnológicas que adopten sus clientes. Por ejemplo, una industria dedicada a la fabricación de nuevas baterías para smartphones puede necesitar más componentes químicos para su desarrollo. O incluso otros completamente nuevos que mejoren su rendimiento y autonomía.

Nuevas tecnologías para mejorar el funcionamiento de las plantas de fabricación

La adopción de determinadas tecnologías en las plantas químicas, como los sensores, han derivado en una mejora del proceso de producción. Con ellas se pueden recopilar datos e información sobre cómo se realizan las tareas. Y estos datos, una vez analizados, pueden emplearse para optimizar procesos.

Con este tipo de dispositivos, y mediante el uso de herramientas adecuadas para analizar la información que producen, se pueden mejorar algunos aspectos de la producción. Por ejemplo, ajustar los niveles de fabricación de determinados productos en función de la demanda. De esta forma se pueden ajustar costes. También se pueden detectar señales de que una máquina está en riesgo de sufrir una avería. Así se puede reparar antes de que suponga un problema y obligue a parar la producción.