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energía renovable

El calentamiento global ha puesto en jaque a las industrias. El ahorro de energía es básico para desarrollar una economía mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Lo que se conoce como energía renovable constituye una de las soluciones más efectivas para lograr el equilibrio entre producción y gestión de los residuos. Así es cómo el reciclaje de plásticos contribuye a la creación de nuevas energías.

Los plásticos, energía acumulada

Los materiales plásticos son fundamentales para la creación de productos pertenecientes a sectores industriales muy variados. Gran parte de la economía a nivel mundial depende directamente de esta producción. El problema surge cuando los residuos plásticos se convierten en una amenaza para el entorno. La energía renovable es aquella que utiliza los recursos inagotables de la propia naturaleza para generar otras fuentes inagotables de poder energético.

Los plásticos en sí son energía acumulada. Es decir, no se pierde, ya que puede volver reutilizarse mediante el proceso de reciclaje.

Energía renovable desde los residuos plásticos

La posibilidad de generar energía renovable a partir de desperdicios plásticos ya es un hecho. Este proceso no solamente trae beneficios para la economía interna de cada país, sino también para el medio ambiente.

Es una evidencia que muchos plásticos pueden prender y servir como combustible. De hecho, 1 kg de polietileno aporta tres veces más energía calorífica que, por ejemplo, 1 kg de leña. O genera la misma energía que 1 kg de carbón o de gasóleo. En el proceso de combustión de los plásticos se debe prestar especial cuidado en las emisiones de CO2 que favorecen el efecto invernadero.

El Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos tiene como objetivo el reciclaje energético para la creación de energía renovable mediante el reciclado mecánico. El motivo no es otro que dejar de enterrar energía en los vertederos para aprovecharla en favor de la naturaleza.

El reciclado mecánico de los plásticos

Este es un proceso a través del cual se vuelven a poner en circulación los residuos plásticos. El reciclado mecánico consiste en un primer acopio de todo el material para su posterior separación y diferenciación. A continuación, se procede a su transporte y almacenamiento en lo que se conoce como pacas. Finalmente, los desperdicios plásticos pasan a ser molidos o fragmentados en trozos pequeños para ser posteriormente lavados y secados. El último paso de este proceso consiste en la aglutinación del granulado a fin de conseguir una masa plástica final por medio de una máquina extrusora. Se consiguen así “flakes de PET”, “hojuelas” o «escamas» que son utilizadas para la creación de energía renovable.

El reciclado mecánico permite reducir la acumulación de plásticos en los vertederos, disminuir el efecto invernadero, aumentar las ganancias del producto final hecho con plástico reciclado y servir como nuevas materias primas para nuevos productos. Nuestro planeta así lo exige. Un aprovechamiento urgente de los residuos en favor de la creación de nuevas energías limpias y menos contaminantes. Todo un reto que además promueve la aplicación de la economía circular sobre los recursos plásticos.